Siempre escribimos para querer contar algo. Mejor dicho para expresar una idea, un pensamiento, una etapa de nuestras vidas.En fin, me decidí a escribir en un blog por ciertos motivos. Primero, he descubierto ciertos sitios que me han llamado la atención y derrepente resultan interesantes. Segundo, porque considero que al escribir te desahogas, es como una terapia sicológica. Y tercero, por que gran parte de mis amigos lo tiene.
En fin, lo anterior da igual. Quería referirme a los postres. Ahora me como un helado vienetta es como de manjar con pedasitos de chocolate- debo dejar en claro que el chococlate no es mi preferido, de hecho me desagrada un tanto- Denante me comí un helado de tres leches, ese estuvo mejor. Me he puesto a pensar y me pregunto por qué el postre siempre queda pal final. Supuestamente es lo más rico, para algunos. Entonces porque no comérselo de una, para qué andar con rodeos y dejando lo mejor para el final.
Está bien... las últimas páginas de un libro suelen ser las mejores, los últimos minutos de una película, los finales de teleseries y de tantas otras cosas más. Siempre son emocionantes, suelen producirte algún tipo de sensación, por lo más mínimo que sea. Es como el final de una etapa, el comienzo de algo nuevo, no sé...la cosa es que no es lo mismo de siempre. Son momentos especiales, que derrepente nos gustaría tenerlos por mucho tiempo junto a nosotros. Quizás nos da miedo y nos gusta tener de lo bueno poco, pero por qué...si podemos tener siempre lo mejor. Eso no lo logro entender.
Estoy viviendo un buen momento, lamentablemente estoy tras el plato principal. Por lo mismo, creo ser un postre. Creo estar dentro de un pastel, envuelto en su crema, mezclado con el manjar y a punto de ser digerido. Nop, no sé...¿seguir? ¿retroceder?... vivir "de lo bueno poco"...en fin, ya saben...postre soy, quizás hasta pastelazo, pero un pastel bueno, de eso que sólo busca hacer pasar un momento agradable a quien quiera desgustarlo.
